La jueza Preska decide a favor de Argentina en parte
La jueza federal de Estados Unidos, Loretta Preska, tomó una decisión que podría marcar un alivio para la Argentina en el conflicto por el pago de los Cupones PBI posteriores a 2013. Este caso fue impulsado por grupos de fondos buitre y el fiduciario de los cupones. La magistrada falló a favor del país en tres aspectos, aunque dejó en el aire una cuestión que deberá resolverse en el juicio.
En su fallo, Preska desestimó todas las demandas de los fondos, argumentando que no habían cumplido con los requisitos contractuales para presentar el reclamo. Hizo hincapié en que el fiduciario debería actuar en nombre de todos los tenedores, y no solo de algunos de ellos, algo que es clave para entender cómo funcionan estos mecanismos.
Además, la juez abordó la cuestión de la mala fe que alegaban los demandantes. Preska recordó que el INDEC cumplió con una orden de una corte inglesa el año pasado y recalculó las cifras de PBI. Este recalculo demostró que en ninguno de esos años se cumplieron las condiciones necesarias para acordar el pago del cupón.
Por otro lado, rechazó los reclamos correspondientes a los años 2014, 2015 y 2016, ya que los plazos para presentar esos reclamos ya habían vencido. Algo que seguramente les generará preocupaciones a los demandantes.
A pesar de darle la razón al país en varios aspectos, Preska no aceptó el pedido argentino de desestimar los reclamos posteriores a 2016. Aclaró que, aunque no cuestiona los cálculos de PBI realizados, un juicio aún debe determinar si estos cálculos fueron correctos y si cumplieron con los requisitos contractuales de los cupones.
“Cupón PBI”: cómo surgió la causa
El cupón PBI de Argentina nació en 2005, en el marco del canje de deuda después del histórico default de 2001. Este instrumento está vinculado al crecimiento del Producto Bruto Interno y ofrece un rendimiento adicional solo si la economía crece por encima de un umbral específico. Se emitió junto con otros bonos durante la reestructuración de la deuda, como Boden, Discount y Par, y se comercializó tanto a nivel local como internacional, incluyendo Nueva York.
Esa misma año, comenzó a cotizar en EEUU como un derivado financiero vinculado al desempeño económico del país. Su valor fluctuaba considerablemente con las expectativas de crecimiento. El conflicto judicial en Estados Unidos por el “Cupón PBI” surgió cuando un grupo de bonistas demandó a la Argentina, alegando que el país había manipulado los datos del PBI en 2013 para evitar el pago del cupón vinculado al crecimiento.
En específico, Argentina decidió no pagar ese año, argumentando que el crecimiento no alcanzaba el umbral estipulado en el contrato. Sin embargo, los acreedores sostienen que el Gobierno cambió la base de cálculo del PBI de 1993 a 2004, lo que les permitió simular que no se alcanzó el crecimiento necesario. Si se hubiera mantenido la base original, el pago se habría activado.